Una partida, un viaje, una vuelta larga por la Patagonia. Ruta y mas ruta. Lugares y otros lugares. Dos amigos recorriendo todo lo que encontremos. Y otros amigos que nos acompañan leyendo para viajar con nosotros.

Bienvenidos al Pinky y Cerebro Patagonia Tour 2012


sábado, 13 de octubre de 2012

Día 8 - En el barco


Los días siempre nos tienen una sorpresa preparada. Hoy solamente era un día de despedida de la isla y viaje hasta Rio Gallegos, atravesando Chile y el Estrecho de Magallanes. Pero el día que fuimos a Tolhuin, nos facilitaron un mapa y algunos detalles de un lugar que se llama cabo San Pablo ubicado sobre el Atlántico en su parte media. La atracción sería una hostería abandonada pero lo más interesante era un barco encallado en el año 85, producido intencionalmente por su capitán para evitar el naufragio.

Tratamos de seguir las instrucciones que aunque no fueran muy claras, indicaban que a 35 kms al norte de Tolhuin se desprendía un camino mejorado que llevaba a varias estancias y finalizaba en el Atlántico. Después de pasarnos y volver sobre nuestro camino hasta que le embocamos a la entrada, entramos a un camino de mejorado que no estaba en las mejores condiciones pero que la chata se podía bancar. Pasamos por varias estancias controlando el orden que indicaba el mapa hasta que después de aproximadamente una hora pudimos ver a lo lejos el océano. Seguimos adelante sabiendo ya que estábamos en lo correcto hasta que desembocamos luego de una curva en una construcción abandonada que era evidentemente la hostería abandonada. Lo primero que pensamos fue a quien se le podía ocurrir que una hostería en un lugar tan solitario y alejado podía funcionar. Pero evidentemente alguien lo pensó y lo realizo.


Al subir una pendiente luego de la hostería, nos sorprendimos al ver el barco encallado en la mezcla de arena, piedras y conchillas negras adheridas a la superficie. No solamente era impresionante. Además podíamos llegar fácilmente gracias a la bajante del mediodía. Cosa que rápidamente Charly hizo y después de encontrar el mejor lugar para llegar a la playa, estaciono con gran alegría su camioneta al lado del barco. No que decir que quedaba pequeñísima en la comparación.
Dimos unas vueltas caminando, tomando fotos y caminando por entre la arena y piedras con moluscos negros adheridos, queriendo llegar al mar. Cosa que descartamos más tarde porque era casi de imposible resolución. A esa altura no existe playa, son solo piedras y se forman piletones en la bajante. Así que decidimos retomar para estudiar el barco de cerca. Lo que se podía ver al acercarnos y ver por entre las hendiduras y huecos formados entre el hierro vencido por el óxido, era una especie espíritu fantasmal en su estructura interna. Obviamente la imaginación inmediatamente nos traslada al momento de la decisión del capitán de escorarlo en una noche de tormenta en el medio de la nada. Y el resultado es impresionante.

Después de un rato largo de inspeccionar el lugar, el barco y sacar las fotos de rigor, decidimos regresar. A la salida nos llamó la atención las hileras de árboles cercanos a la costa que crecían estirándose en sentido contrario al mar. Era evidente que los vientos deben ser regularmente tan fuertes que deforman el crecimiento de estos ejemplares como peinados por un gigante.


El día parecía presentarse como uno más de viaje para alcanzar Rio Gallegos, pero la curiosidad del viajero nos lleva a tener días de sorpresa como estos.

Luego de cruzar el Estrecho de Magallanes y cerca de la segunda frontera chilena, nos encontramos con un fenómeno curioso que aproveche a fotografiar sin saber si la cámara lo iba a poder tomar. En el horizonte contrario al poniente, en el momento en que el sol ya estaba por desaparecer, asomaban reflejos de color claro, como espejando la fuente de luz natural, surgiendo de la misma línea del horizonte pero que debía ponerse ya oscura. La verdad, no le encontramos ninguna explicación salvo que fuera el reflejo de parte de la atmosfera combinado con las nubes.

Finalmente llegamos a Rio Gallegos ya de noche, algo cansados. Pero Charly quería buscar un hotel que tuviera buena tele porque se corre el Gran Premio de Corea de F1. Así que allá fuimos para encontrar un lindo hotel que, aunque algo más caro, nos permite darnos un pequeño lujo de viajeros por una noche pegándonos un buen baño en una ducha decente, a diferencia de las que veníamos padeciendo hasta ahora, que eran más dificultosas que lo ideal para el descanso.

Mañana ya tomamos por nuestra querida Ruta 40, la del viaje por la cordillera. Nuestra próxima parada: El Chaltén.



3 comentarios:

Victor dijo...

Pensar que algunos piensan que tomar el sbt a la mañana es una aventura.
Qué bueno arrancar con una idea y que el paisaje o el lugar te sorprendan así, con un espectáculo.

eleonora dijo...

Me causó impresión el barco... ¿vamos para El Chaltén? Vaaamooo'!

Waly dijo...

Que buena la foto del no poniente!!!!!!!!!