Dia 2 – En el camino de mesetas

Temprano a la madrugada, como había sido advertido, me despertó el rugir de motores. Las tres de la madrugada, carrera de F1 en Japon, Charly por supuesto que no podía dejar de verla. Escondido debajo de la almohada, creo que a las cinco o seis vueltas me había vuelto a dormir

Poco antes de las nueve de la mañana nos despertamos para las abluciones domesticas que nos corresponden antes de desayunar. Un buen café con leche, facturas y tostadas después, salimos nuevamente a la ruta. Siguiente parada Comodoro Rivadavia. El dia se presento con algunas nubes pero un rato después, ya en pleno desierto, el sol empezó a pegar duro y parejo, Un lindo dia para viajar.  Llegamos a Sierra Grande para cargar nafta y seguimos adelante. 

Ahora el terreno se presenta desertico, con vegetación muy baja que siempre tiene el aspecto de estar seco y el suelo gris muy claro del terreno a la vista, Rectas largas, muy largas. Lo único que corta esa planicie eterna de vez en cuando pueden ser algunas sierras a lo lejos que asemejan lomos de elefante cubiertos por una imaginaria alfombra con diferentes tonalidades de verde. Alguna que otra caverna podemos adivinarle cuando estamos  mas cerca, por el contraste de las sombras. Y jugamos a adivinarles la extensión de profundidad.

Pasamos el Arroyo Verde y entramos en Chubut.  Mas adelante, empezamos a superar diferentes pares de motoqueros, son parte del trayecto aca en la Ruta 3, uno siempre termina viéndolos con sus trajes de cuero y las alforjas cargadas en la parte posterior de la moto. Es meritorio viajar tanta cantidad de horas haciendo la fuerza necesaria para equilibrar el viento de 120 km/h que genera la velocidad de la moto.

Mas tarde, siempre corriendo detrás del espejismo de agua al final de la ruta recta, pienso que es imposible empardarle la música que trae Charly a los viajes. Bandas de nombre ignoto para los negados como yo a la buena memoria de datos, es un disfrute agregado. Salvo porque en un momento de la selección termino escuchando un disco completo de Asia. 

Pasamos Rio Chubut con sus arboles angostos y largos ubicados en fila, pasamos rápidamente por el autódromo de Trelew hasta que llegamos a la mitad de nuestro camino a Ushuaia, en el km 1525.

A medida que nos vamos acercando a Comodoro Rivadavia, empezamos a subir las mesetas. Son como escalones extensos de kilómetros de distancia, subimos una cuesta y cuando llegamos a la cuesta, es otro trayecto plano hasta la siguiente subida kilómetros mas tarde. Llegando a Comodoro Rivadavia se empieza a descender entre sierras marcadas por surcos naturales que se asemejan a los rostros curtidos de los habitantes de zonas frias y ventosas. El paisaje termina convirtiéndose en sus habitantes. O viceversa.

Como tuvimos un buen tiempo de viaje. Decidimos seguir de largo, hacer 90 kms mas y buscar lugar para dormir en Caleta Olivia. A la salida de Rada Tilly, pegado a la salida de Comodoro, comienza un camino costero escoltado por las sierras. La posición del sol horas antes del ocaso nos permite ver el mar increíblemente azulado con sus penachos blancos haciendo un contraste perfecto para las fotos. Y como saco la cámara, me desplazo al asiento trasero entre piruetas para sacar, Charly decide parar un rato para cruzar la ruta y acercarnos.



Tocamos un rato el agua atlántica, saco fotos a los pajaros balanceándose en el agua y volvemos para terminar en Caleta Olivia. Encontramos el Hotel Granada, una habitación apenas como para dormir con dos camitas, cena y mañana nuevamente a la ruta.


Hasta Rio Gallegos y un dia mas, si, Ushuaia, fin del mundo.