Una partida, un viaje, una vuelta larga por la Patagonia. Ruta y mas ruta. Lugares y otros lugares. Dos amigos recorriendo todo lo que encontremos. Y otros amigos que nos acompañan leyendo para viajar con nosotros.

Bienvenidos al Pinky y Cerebro Patagonia Tour 2012


miércoles, 24 de octubre de 2012

Día 19 - El corazón de la montaña


Soy una persona de sueño liviano, cualquier cosa me despierta. Tuve la mala suerte de llegar a Malargüe justo la noche que habia un reclamo de algún tipo a cuadra y media del hotel donde nos hospedamos, con bombos, redoblantes, gomas quemadas y todo. Asi que se pueden imaginar como me desperté a la mañana después de dormir cortado toda la noche. Mientras Charly no lo despiertan ni a cañonazos, yo estuve en un duermevela constante. Asi que en el desayuno creo que ya se notaba mi mal humor.

 Como primera excursión del dia, agarramos la camioneta y nos fuimos a Las Leñas, a unos 60 kms de Malargüe. Ya desde lejos se notaba que habia algunos picos nevados, tanto que nos habían dicho en la oficina de turismo que el paso a Valle Hermoso, pasando Las Leñas, habia sido interrumpido por Gendarmeria al estar intransitable. Incluso habia nevado hacia pocos días en la zona. Igualmente salimos para llegar por lo menos a Las Leñas y después ver. El camino no esta en las mejores condiciones, lo que nos llamo la atención ya que la afluencia de turismo en temporada invernal es muy alta. Disfrutando de los cerros ya secos con la roca al aire, nos fuimos acercando de a poco a la nieve. Al llegar a Las Leñas vimos que todavía algunas montalas conservaban la nieve, aunque ya no las pista de ski.

Chusmeamos un poco mas alla el camino y continuamos, despacio porque no es muy ancho y esta bastante deteriorado, para ver hasta donde podíamos llegar. Seguimos ascendiendo pero hasta cierto tramo donde, tal como nos habían dicho, la nieve nos impedia el paso. Bajamos para disfrutar un poco el paraje donde nos habíamos detenido, Charly aprovecho para subirse un rato a la nieve y bajar algo bastante mas rápido de lo que habia subido, y volvimos sobre nuestra ruta.

Pocos kilómetros antes habíamos pasado por un lugar que se llama Pozo de las Animas. Ingresamos para ver un inmenso pozo con agua en su interior. Asi dicho parece aburrido. Pero este pozo es de una profundidad impresionante, con paredes de nervaduras verticales en su parte superior. Según lo que leimos, este lugar se produjo por la profusión de cavernas que realiza el agua en su interior, hasta que en determinado momento la tierra no tiene mas sustento y cae, formando estos pozos inmensos que se llaman “dolinas”.

En el viaje de vuelta a Malargue, Charly se dio cuenta de mi poco espíritu producto del desvelo de la noche anterior. Asi que me dejo tranquilamente en la habitación para recuperarme algo del cansancio y se fue a dar unas vueltas hasta la hora en que debíamos emprender camino hasta La Cueva de las Brujas, a 60 kms al sur de donde estamos.

Mas tarde emprendimos camino hacia este lugar para explorar el interior de la montaña. Mas tarde, preparado ya con nuestros cascos de minero, ingresamos con nuestro guía a la montaña. Ya nos habia advertido que si sufríamos de claustrofobia no lo intentaramos. Despues me di cuenta que tienen toda la razón. A poco de entrar ya debíamos prender la luz de los cascos y aun asi la visión era muy limitada. Por lo que el guía nos pidió que nos sentaramos en el suelo y apagaramos las luces. En la oscuridad solo podía ver un reflejo de luz sobre el techo de la caverna y algo de la luz natural proveniente de la entrada. Los demás estaban en lo mas oscuro de mi campo visual. Despues de un rato de charla para que nos fueramos acostumbrando a la baja luz, se podia adivinar las siluetas de los demás. Ahí prendimos las luces y empezamos el camino hacia el interior.

Ya el primer tramo se nos advirtio que el paso por el que debíamos subir hasta la primera cámara era de cinco metros de longitud y que era muy estrecho. Empezamos a pasar por entre las rocas iluminados apenas por las luces de los cascos. Realmente era muy estrecho. Debiamos subir y sortear un túnel donde literalmente teniamos que arrastrarnos y rozando las paredes. No apto para claustrofóbicos, ciertamente.

Al llegar a la primera cámara, se podían ver las formaciones de estalactitas y estalagmitas producidas por el goteo incesante de miles de años. En el piso, las rocas estaban como fundidas entre si por el material que se deprende del techo formando una capa gruesa, resbaladiza y concreta. Diferentes formaciones en las paredes de lo que llaman “manto”, que es el mismo material de las  estalactitas pero que se desarrollan uniformes como si fueran cascadas petrificadas. Un espectáculo increíble.

Lo que sigue es una caminata-trepada entre piedras, túneles, bóvedas, grietas de extensión importante. Para ir de una cámara a otra hay que caminar trepar con cuidado, con solo las luces de los cascos, ayudados por sogas y escaleras. En determinado momento apagamos todas las luces de los cascos y en la mas absoluta oscuridad en la que podemos poner la mano delante de nuestra cara sin ver nada mas que negra oscuridad y el mayor silencio, solo se podían escuchar las respiraciones. El corazón profundo de la montaña. Algo que no se puede describir la sensación. EL frio es constante de ocho a diez grados, las piedras están heladas.

Despues ya era el turno de emprender la vuelta. La salida a la luz natural hace doler los ojos. Cuesta un rato acostumbrarse y tardamos un poco mas en salir.

Como en todo viaje largo, estaba esperando el momento que surgiera el imprevisto mecanico. Etsa vez fue menor. Al llegar a la camioneta, nos encontramos con una cubierta totalmente baja. Asi que manos a la obra, a cambiar la rueda mientras el viento que sopla fuerte nos mueve la chata. Pero cual equipo Ferrari, llegamos a hacerlo rápidamente para volver hasta la gomería mas cercana y dar por cerrado un dia estupendo.


2 comentarios:

Waly dijo...

Que buena esa excursión, impactante la descripción de la cueva.
Es cierto que a vos te dieron un casco con luz y a Charly una carroceria de Fiat 600, con luces bajas y altas?

eleonora dijo...

Impresionante ¿cómo se animaron a semejante excursión? me quedé sin aire mientras leía. Me recordó a una de las batallas del capitán Alatriste cuando lo mandaron a las caponeras. Exactamente igual que lo que decís, pero con dagas y buscando al enemigo uuuuuuhhhh miedo...