Una partida, un viaje, una vuelta larga por la Patagonia. Ruta y mas ruta. Lugares y otros lugares. Dos amigos recorriendo todo lo que encontremos. Y otros amigos que nos acompañan leyendo para viajar con nosotros.

Bienvenidos al Pinky y Cerebro Patagonia Tour 2012


miércoles, 17 de octubre de 2012

Dia 11 - Al Lago Torre


Despues de dormir el cansancio kilométrico acumulado del ascenso y descenso al Fitz Roy, nos despertamos con el solcito entrando en la habitación. La idea era hacer un dia apacible y tranquilo para dejar descansar las piernas. En el desayuno le preguntamos a nuestro salteño amigo dueño del hostal, que cosa podiamos hacer en el dia que no fuera cansador. Nos sugirió el camino a la Laguna Torre, que ya habíamos visto la entrada. Empinada. Ese era el camino difícil pero le señalo a Charly por la ventana del desayunador un camino que era mas fácil y menos empinado, por lo menos al principio. Seran dos horitas y pico yendo tranquilos, nos dijo el paisano.

Se ve que no le embocamos a la entrada sugerida porque no habíamos casi empezado que tuvimos que subir una cuesta empinada de unos cuatro o cinco pisos. Despues el terreno se nivelaba un poco pero al poco de andar nos encontramos con los escalones de troncos típicos para facilitar el ascenso y rocas de diferentes tamaños. Esto no era la idea, queríamos algo para descansar un poco las piernas. Pero ya estábamos ahí, asi que seguimos dándole para adelante.

Chalten esta ubicado entre medio de dos paredones gigantescos, con el fondo de la cordillera y el Fitz Roy de fondo. A la derecha del pueblo se encuentra el Rio de Las Vueltas que nace en el Lago del Desierto, camino que habíamos hecho el primer dia. Al centro esta el camino de ascenso a la base del Fitz Roy, que habíamos hecho ayer. Y a la izquierda se encuentra el Rio Fitz Roy, que corre entre piedras, es mas torrentoso y proviene de la Laguna Torre donde se encuentra el Cerro Torre que habíamos podido ver el dia anterior al fondo de la Laguna Sucia, parte de lo que se llama Lago de Los Tres. O sea, el camino que nos faltaba era este para completar la visión desde todos los lados.

Despues de subir unas pendientes bastante empinadas, sortear las escaleras de troncos y otras de roca con bastante esfuerzo, subir y bajar por diferentes terrenos, empezamos a ver una serie de cascadas en diferentes lugares de las paredes de roca del otro lado de una hondonada muy profunda. Mas tarde vimos de lejos el Rio Fitz Roy. De a poco el camino fue descendiendo hasta que nos encontramos al mismo nivel del rio. De un color verde esmeralda muy pronunciado, saltando entre las rocas del fondo de tamaño heterogéneo.

El camino era largo, el sol pegaba bastante fuerte y nuestro cansancio acumulado del dia anterior no nos ayudaba mucho. Por instantes nos encontrábamos en medio de un bosque reparador, por momentos pasábamos a un extenso claro todo verde, luego pasábamos por un terreno de arenilla seco con plantas de mediano tamaño totalmente aridas, después un bosquecillo de arbolitos que recién comenzaban a verse con algo de verde o senderos entre las rocas. Variedad no le faltaba. Ya el camino nos estaba tomando dos horas y no veíamos alguna señal de estar acercándonos a algo.  

Hasta que en un momento el terreno empezó a ponerse pedregoso, un caminito de piedras nos marcaba la subida a unas montañitas de piedras y empezamos a subir. Con esfuerzo, claro. Lo mejor vino cuando asomamos nuestras cabezas y del otro lado pudimos ver un lago totalmente verde con desprendimientos de hielos de diferentes tamaños flotando en la superficie y al fondo un glaciar que descendia desde el Cerro Torre. La verdad que Chalten no dejaba de regalarnos alegrías. Nos detuvimos antes de bajar hasta el lago para observar la maravilla que habíamos encontrado y obviamente Charly vio, hizo el calculo y propuso ir caminando hasta el glaciar. Idea que de acuerdo a lo que se podía ver, no era fácil y no parecía posible. El lago solo tiene una orilla donde se puede caminar a la bajada de donde estábamos. Despues es todo roca o peor aun, unas pendientes de pedregullo que terminan en punta sobre el lago. Pero anda a convencer a Charly.

Asi que alla fuimos, sobre las rocas caminando y saltando como cabras, tratando de asegurarnos donde pisábamos para que no rodaramos hasta el hermoso agua verde del lago. Al rato de andar ya nos dimos cuenta que avanzar no se podía mas, asi que buscamos un buen sillón de rocas (en este tiempo de estar por aca ya aprendimos a encontrarlos rápidamente) y nos acomodamos para ddisfrutar del solcito y en mi caso, sacar toda una serie de fotos. Que es todo un reto por la situación de alto contraste que hay entre la nieve, la vegetación y las rocas.

Charly se entretuvo un rato mordiendo un pedazo de hielo que saco de la costa. Luego encontró otro para pasarme, que estaba con bastante sed y no habíamos llevado botellita. Asi que finalmente terminamos tirándonos a disfrutar del calorcito del sol, protegidos del viento helado que proviene del glaciar. Para estos placeres es que uno hace todo esto. El esfuerzo de la subida, del calor, del frio, el cansancio, tiene su paga con estos momentos de pequeño y simple bienestar.

Bajamos lentamente en una caminata zen sin hablar. Del cansancio ya no teníamos tema de conversación. Y si lo teníamos, lo dejábamos para después. Al llegar ya con hambre, la caminata de tres o cuatro cuadras hasta la panadería requeria de un esfuerzo adicional de voluntad. Pero el hambre manda. Mas tarde hablando con Tomas, nuestro amigo dueño del hostal, nos dijo que vivía aca desde el año 87 cuando solo eran no mas de diez personas y no habia nada mas que campo y montaña. Estuvimos escuchando toda su historia por mas de dos horas o algo mas, increíble de anécdotas y experencias. Y nos guio por mas lugares para recorrer y visitar en Chalten, lo que hizo mas firme nuestra promesa de volver. Nos dimos cuenta de lo que nos falta aun por descubrir de este lugar.

Despues de nuestra cena habitual en Ahonikenk, el lugar donde todo el que quiera recuperar fuerzas, comer casero y rico no debe obviar, volvimos pensando en las horas de descanso que nos regala todo un dia en la ruta sentados cómodamente en la camioneta. Nos han dicho que la 40 en este tramo esta parcialmente asfaltado pero sigue teniendo largos tramos de ripio, asi que nos preparamos para continuar. Mañana será la ocasión de descubrir Los Antiguos.

2 comentarios:

Waly dijo...

En serio necesitaste ir caminando hasta ese lago en el Chalten, para darte cuenta que Charly es un poquito cabeza dura?????
Dejate de joderrrrrrrrrrrrrrr

Gustone dijo...

Lo conozco hace 25 años. Era acompañarlo o quedarme dos horas esperando en la orilla. Y bueno, alla fuimos