Una partida, un viaje, una vuelta larga por la Patagonia. Ruta y mas ruta. Lugares y otros lugares. Dos amigos recorriendo todo lo que encontremos. Y otros amigos que nos acompañan leyendo para viajar con nosotros.

Bienvenidos al Pinky y Cerebro Patagonia Tour 2012


sábado, 27 de octubre de 2012

Dia 20, 21 y 22 - San Rafael


Apenas despiertos en Malargue, nuestro próximo destino San Rafael nos estaba aguardando. Salimos tranquilos porque la distancia a cubrir era corta, apenas 187 kms. Nos despedimos de a poco en la ruta de la cordillera con los picos nevados y lentamente fuimos entrando en otro terreno muy diferente al anterior que veníamos recorriendo. Las ondulaciones del terreno se hicieron menores y empezaron a asomar los primeros campos con viñedos típicos de la provincia. La temperatura fue aumentando considerablemente y el sol ahora ya picaba en la piel.


Despues de unas vueltas al llegar a San Rafael, conseguimos un lindo alojamiento, dejamos las cosas y salimos a dar unas vueltas guiado por Charly que ya conocía la zona con anterioridad ya que habia venido varias veces. La primera visita fue a Los Reyunos, las montañas nevadas y los bosques patagónicos ahora eran reemplazados por cerros cortados con cuchillos dentados, con algún espejo de agua en algunas partes. Ya el calor era el que marcaba que la característica geográfica habia cambiado radicalmente. El ambiente era mas seco, las plantas que crecían eran mucho mas duras mas de un clima casi desertico. En algunos tramos pasábamos por debajo de tuneles en las montañas en cuyo tramo final esperaba ver al coyote y el correcaminos. El primer dia culmino con la visita a la represa de Los Reyunos.


El segundo dia fue de una expedición mas largo al Cañon del Atuel, el que comienza con una enorme extensión de agua producto de la represa, al comienzo de la cual se inicia el rio donde se practica el rafting típico de la zona. Una vez que uno sigue internándose por la ruta de ripio comienza el cañon propiamente dicho. Extensas grietas de formaciones rocosas de variados colores, producto de la erosion que dibuja extrañar formas en las piedras y de diferentes tipos de materiales volvanicos que se nota se acumularon durante eras. Pareciera que uno circulara entre montañas pero en realidad esta en el fondo de una enorme grieta producida en el suelo del desierto. 

El piso es rocoso o directamente de arena y tierra. En el fondo del cañon mientras circulábamos con la camioneta comenzó a sonar “Riders On The Storm” de The Doors y juro que esaba esperando que apareciera Don Juan o el indio chaman que le hablaba a Morrison. Mientras tanto algunas águilas sobrevolaban la zona por encima de la parte superior de las formaciones rocosas.

El rio sigue transcurriendo pero controlado por las represas encadenadas Niihuil I, II, III y Nihuil Grande, que aprovechan la caída en desnivel del rio que corre en medio del cañon, acumulando agua en uno, después largandola hacia la otra y asi sucesivamente. Una ingeniosa manera de aprovechar un recurso hídrico que parece algo escaso.

Mas adelante ascendimos por un camino serpenteante y se podía ver al llegar al tope, la inmensa grieta producida en la tierra que forma el Cañon. Unos kilómetros mas adelante ya no podíamos continuar el camino ya que nos topamos con el sector desertico de la zona. Aunque en la parte a la que nostros llegamos aun habia algo de vegetación sobre la arena, algunas plantas muy bajas y duras, asi como pastizales casi amarillos y largos pegados al piso, mas adelante se podían observar dunas gigantescas, aquellas que se pueden ver en el Dakar que se realiza en el país. Increible que pueda existir tambien eso en el mismo país que días atrás habíamos estado en bosques y montañas nevadas. Bajamos de la camioneta porque Charly queria alcanzar a verlas de cerca pero debo confesar que después de unos quince minutos tuve que dejar de acompañarlo y volvi tranquilo a la camioneta mientras mi compañero de viaje seguía camino. Sol, calor, arena, viento caliente. Lo mas parecido a la peor de mis pesadillas. Asi que lo espere sentado tranquilo en la camioneta mientras el mas tarde volvia sin haber podido alcanzar su objetivo, ya que el camino se tornaba mas difícil y no quería correr peligro en vano.

A la vuelta teniamos la idea de alquilar una canoa para navegar y divertirnos un rato en el gran lago que se forma en la represa. Pero algo nos retrasamos cuando, producto del ripio que habíamos seguido transitando, otra vez pinchamos cubierta. Esta vez logramos solucionarlo con mayor rapidez que la anterior, no seremos el equipo Mc Laren pero en un rally no nos iria tan mal. Pero al volver a buscar las canoas, al estar fuera de temporada las canoas ya no estaban y tuvimos que volver conformándonos con el agua de la ducha para sacarnos la tierra y el fastidio de no lograr un poquito de navegación por el agua fresquita.

Y asi llegamos a nuestro ultimo dia en San Rafael. Fuimos a visitar un rato al Cañon, subirnos a algún cerro y mirar el rio desde alla arriba y a la vuelta Charly se dio el gusto de subirse a un bote y practicar rafting, mojarse bien después de que cayera al agua y volver contento como un chico después de gastarse todo el talon de juegos en el Italpark.

Lamentablemente en algún momento debíamos emprender la vuelta, ya lo sabíamos. Un viaje espectacular donde no se puede desperdiciar ningún episodio de todos los que vivimos.


miércoles, 24 de octubre de 2012

Día 19 - El corazón de la montaña


Soy una persona de sueño liviano, cualquier cosa me despierta. Tuve la mala suerte de llegar a Malargüe justo la noche que habia un reclamo de algún tipo a cuadra y media del hotel donde nos hospedamos, con bombos, redoblantes, gomas quemadas y todo. Asi que se pueden imaginar como me desperté a la mañana después de dormir cortado toda la noche. Mientras Charly no lo despiertan ni a cañonazos, yo estuve en un duermevela constante. Asi que en el desayuno creo que ya se notaba mi mal humor.

 Como primera excursión del dia, agarramos la camioneta y nos fuimos a Las Leñas, a unos 60 kms de Malargüe. Ya desde lejos se notaba que habia algunos picos nevados, tanto que nos habían dicho en la oficina de turismo que el paso a Valle Hermoso, pasando Las Leñas, habia sido interrumpido por Gendarmeria al estar intransitable. Incluso habia nevado hacia pocos días en la zona. Igualmente salimos para llegar por lo menos a Las Leñas y después ver. El camino no esta en las mejores condiciones, lo que nos llamo la atención ya que la afluencia de turismo en temporada invernal es muy alta. Disfrutando de los cerros ya secos con la roca al aire, nos fuimos acercando de a poco a la nieve. Al llegar a Las Leñas vimos que todavía algunas montalas conservaban la nieve, aunque ya no las pista de ski.

Chusmeamos un poco mas alla el camino y continuamos, despacio porque no es muy ancho y esta bastante deteriorado, para ver hasta donde podíamos llegar. Seguimos ascendiendo pero hasta cierto tramo donde, tal como nos habían dicho, la nieve nos impedia el paso. Bajamos para disfrutar un poco el paraje donde nos habíamos detenido, Charly aprovecho para subirse un rato a la nieve y bajar algo bastante mas rápido de lo que habia subido, y volvimos sobre nuestra ruta.

Pocos kilómetros antes habíamos pasado por un lugar que se llama Pozo de las Animas. Ingresamos para ver un inmenso pozo con agua en su interior. Asi dicho parece aburrido. Pero este pozo es de una profundidad impresionante, con paredes de nervaduras verticales en su parte superior. Según lo que leimos, este lugar se produjo por la profusión de cavernas que realiza el agua en su interior, hasta que en determinado momento la tierra no tiene mas sustento y cae, formando estos pozos inmensos que se llaman “dolinas”.

En el viaje de vuelta a Malargue, Charly se dio cuenta de mi poco espíritu producto del desvelo de la noche anterior. Asi que me dejo tranquilamente en la habitación para recuperarme algo del cansancio y se fue a dar unas vueltas hasta la hora en que debíamos emprender camino hasta La Cueva de las Brujas, a 60 kms al sur de donde estamos.

Mas tarde emprendimos camino hacia este lugar para explorar el interior de la montaña. Mas tarde, preparado ya con nuestros cascos de minero, ingresamos con nuestro guía a la montaña. Ya nos habia advertido que si sufríamos de claustrofobia no lo intentaramos. Despues me di cuenta que tienen toda la razón. A poco de entrar ya debíamos prender la luz de los cascos y aun asi la visión era muy limitada. Por lo que el guía nos pidió que nos sentaramos en el suelo y apagaramos las luces. En la oscuridad solo podía ver un reflejo de luz sobre el techo de la caverna y algo de la luz natural proveniente de la entrada. Los demás estaban en lo mas oscuro de mi campo visual. Despues de un rato de charla para que nos fueramos acostumbrando a la baja luz, se podia adivinar las siluetas de los demás. Ahí prendimos las luces y empezamos el camino hacia el interior.

Ya el primer tramo se nos advirtio que el paso por el que debíamos subir hasta la primera cámara era de cinco metros de longitud y que era muy estrecho. Empezamos a pasar por entre las rocas iluminados apenas por las luces de los cascos. Realmente era muy estrecho. Debiamos subir y sortear un túnel donde literalmente teniamos que arrastrarnos y rozando las paredes. No apto para claustrofóbicos, ciertamente.

Al llegar a la primera cámara, se podían ver las formaciones de estalactitas y estalagmitas producidas por el goteo incesante de miles de años. En el piso, las rocas estaban como fundidas entre si por el material que se deprende del techo formando una capa gruesa, resbaladiza y concreta. Diferentes formaciones en las paredes de lo que llaman “manto”, que es el mismo material de las  estalactitas pero que se desarrollan uniformes como si fueran cascadas petrificadas. Un espectáculo increíble.

Lo que sigue es una caminata-trepada entre piedras, túneles, bóvedas, grietas de extensión importante. Para ir de una cámara a otra hay que caminar trepar con cuidado, con solo las luces de los cascos, ayudados por sogas y escaleras. En determinado momento apagamos todas las luces de los cascos y en la mas absoluta oscuridad en la que podemos poner la mano delante de nuestra cara sin ver nada mas que negra oscuridad y el mayor silencio, solo se podían escuchar las respiraciones. El corazón profundo de la montaña. Algo que no se puede describir la sensación. EL frio es constante de ocho a diez grados, las piedras están heladas.

Despues ya era el turno de emprender la vuelta. La salida a la luz natural hace doler los ojos. Cuesta un rato acostumbrarse y tardamos un poco mas en salir.

Como en todo viaje largo, estaba esperando el momento que surgiera el imprevisto mecanico. Etsa vez fue menor. Al llegar a la camioneta, nos encontramos con una cubierta totalmente baja. Asi que manos a la obra, a cambiar la rueda mientras el viento que sopla fuerte nos mueve la chata. Pero cual equipo Ferrari, llegamos a hacerlo rápidamente para volver hasta la gomería mas cercana y dar por cerrado un dia estupendo.


martes, 23 de octubre de 2012

Dia 18 - En ruta


Hoy nos despedimos de a poco de Patagonia. No es tan simple porque es grande y extensa. Salimos temprano de San Martin de los Andes prometiendo volver, como siempre lo hacemos. Ya en ruta, pudimos ver apenas el Lanin a lo lejos con mucha nieve, casi escondido entre las nubes espesas que lo cubrieron pronto.

La salida de la ruta 235 hasta alcanzar la 40 es camino de subidas y bajadas, rodeados de cerros apenas cubiertos de matas de plantas bajas y rocas al aire. Ya dejábamos atrás los bosques andinos para encontrarnos nuevamente con la aridez de la región al oeste. La idea era hacer camino hasta Zapala y cargar combustible para continuar por la 40 hacia arriba, en lugar de tomar el camino a Neuquen que nos devolvería a Buenos Aires. Pero al llegar la cola para cargar era considerable, asi que continuamos viaje hasta Las Lajas, a unos 120 kms. El combustible todavía nos lo permitia. 

Un rato mas tarde encontramos la estación de servicio para reaprovisionarnos y continuamos hacia Chos Malal. El camino en este tramo se convierte en un territorio arido, las sierras apenas tienen algún arbusto bajo y el terreno parece solo de tierra y rocas. El indicador de temperatura de la camioneta nos marcaba 21 grados y el sol nos pegaba de frente. Nos hacíamos a la idea de que cruzar esta parte en verano debería ser muy arduo.

La idea original era parar en Chos Malal para continuar hacia Malargue / San Rafael. Pero como la distancia que nos separaba de Malargue no eran de aprox trescientos sesenta kilómetros y estábamos cerca de la una de la tarde, decidimos cargar combustible y seguir viaje. Pero como tdo viaje, el imprevisto siempre nos ofrece algo mas. Nos encontramos con un apagon eléctrico en la zona hasta las siete de la noche y no podían abastecernos de combustible. Según lo que nos dijeron los del pueblo, la próxima estación de servicio se encuentra en Barrancas, en el limite con Mendoza pero tampoco tendrían suministro eléctrico, por lo que deberíamos continuar hasta Malargue. Sacamos las cuentas de lo que teniamos de autonomía con lo que habia en el tanque y parecía que llegábamos pero medio justo, por lo que decidimos seguir pero a velocidad controlada para no quemar gasoil de mas.


A partir de ahora nos tomamos el viaje de turista y empezamos a disfrutar del entorno. En algunos sectores los cerros eran muy similares al de siete colores, la profusión de diferentes rocas en capas dejaban a la vista líneas y sectores de diferentes tonos. En algunos tramos parecían peinados prolijamente, mostrando líneas claramente marcadas en curvas que surcaban las lomadas.



De la erosion constante en los años, surgían formas que parecían hechas a mano. Este es el caso del Cerro de la Teta cuyo nombre, aparte de ser obvio, no es un invento propio. Juro que se llama asi, lo busque en el mapa!



Finalmente llegamos a mitad de destino, el pueblo de Barrancas, en la frontera con Mendoza. Entramos a la estación de servicio con poca fe, los surtidores que veíamos eran de los antiguos con números que pasan con un sistema mecanico. Pero grande fue nuestra alegría cuando nos ofrecían sin problemas los distintos tipos de diesel. Al comentarle que en Chos Malal nos advirtieron que aquí tampoco podrían ayudarnos, muy orgulloso el hombre nos dijo que tenían un grupo electrógeno que abastecia el pueblo y cuando los demás estaban sin energía, ellos podían abastecerse independientemente.

Seguimos viaje despidiéndonos de Patagonia al cruzar el rio y entrar en la región de Cuyo por la provincia de Mendoza. El cambio de paisaje se noto enseguida, aun en pocos kilómetros. Ingresamos en la zona de volcanes, la mayoría con nieve en sus cumbres y valles algo mas verdes en su base. Despues de andar los cambios continuaron, tornándose mas seco, con cañadones y piedras negras volcánicas que de cerca se notaban porosas. 

Ya el asfalto cambiaba por momentos a ripio y luego nuevamente a asfalto, a veces en una carpeta prolija y otras casi destrozado debajo del ripio.

Llegamos por fin a Malargue donde tenemos programadas un par de cosas para hacer. Un poco de descanso de un largo dia de viaje y a seguir disfrutando del ultimo tramo de este tour patagónico que llego hasta Cuyo.


lunes, 22 de octubre de 2012

Dia 17 - Bandurrias y Hua Hum


Despues de la lluvia que estuvo presente durante toda la noche en San Martin de los Andes, nos despertamos con un dia nublado pero que permitia la caminata. 

Despues de desayunar nos fuimos a caminar por el Bandurrias, el cerro que se encuentra a la izquierda del Lacar mirando desde la ciudad. El camino no es extenso aunque la subida cuesta un poco en algunos tramos, pero deberíamos estar algo cansados de tanto viaje hasta ahora porque nos costo un poco. Entramos en calor por el bosquecito del cerro pero al llegar a la cima en la parte de los miradores donde se puede ver el Lacar desde diferentes puntos de vista, el viento que siempre sopla fresco y fuerte por el callejón que forma el lago entre las montañas, hizo que nos tuviéramos que abrigar bastante.


Descansamos sobre las piedras un rato mientras yo sacaba las fotos de rigor, hasta que comenzamos el camino a La Islita. Tomamos por el camino entremedio del bosquecito que continua hacia el interior de la montaña. Luego de un tiempo encontramos la entrada, una bajada en pendiente que nos hacia imaginar lo que iba a costar la subida. Al instante nos sale a recibir a puro maullido un gato color champagne que nos sigue hasta la costa. 

Por supuesto que no pude resistir la tentación de quedarme en compañía del gato todo el tiempo. Impidio que sacara algunas fotos ya que era tan confiado que al instante que me sente se subio y acomodo en mi campera, tomandome como abrigo, se acicalo a conciencia, se acomodo bien y se durmió tranquilamente. Despues de un rato Charly se acerco donde yo estaba, el gato se alerto y ya emprendimos la vuelta. Mi amigo gato nos despidió en la salida del camino a la Islita después de varios maullidos de “vuelvas prontos” y volvimos a la ciudad por el mismo camino, mucho mas relajados en bajada.

La actividad de la tarde la decidimos mientras picábamos algo comprado en el supermercado. Ibamos a hacer el camino al Hua Hum, un paraje que hasta ahora nunca habia hecho en mis visitas a esta ciudad. Tomando por la ruta de salida, casi saliendo de la ciudad sale el camino hacia este lugar. Comenzando a subir para cruzar uno de los cerros, luego se encuentra un inmenso campo plano entra las montañas. Mas tarde nos internamos por camino de ripio en un bosque que estallaba en distintas tonalidades de verdes. Todo el camino transcurre por detrás del Bandurrias, a la izquierda del Lacar mirándolo desde la ciudad. Despues de un rato largo de andar ya el camino comienza a ser mas angosto y algo mas tosco. Buscabamos el paso Hua Hum, un paso de frontera que se cruza por transbodador. Pero al llegar y después de divertirse Charly un rato con la camioneta subiendo y bajando, vimos un cartel que decia algo de una Cascada Chachin, asi que  alla fuimos.

Subimos desde ahí caminando por un camino bien señalado, con pizarras explicativas de las plantas y arboles de la zona muy bien hecha y el ruido del agua de fondo que aun no podíamos ver. Luego de un rato de caminata en ascenso por un bosque que parecía del planeta de los Ewoks, nos encontramos con una sorpresa que no esperábamos. Una cascada muy potente con un caudal de agua considerable cayendo entre paredones de piedra y arboles. En las ocasiones que habia estado aca nunca habia tenido oportunidad de ver este hermoso salto, quizás porque esta bastante alejado y no es de fácil acceso.

Mas tarde la emprendimos por un camino que nos llevaría a un lago de altura, desde un cartel se nos advertia que no se recomendaba con automóviles pequeños o de tracción simple. Despues nos dimos cuenta del motivo. No solo es angosto, tambien de muy difícil acceso surcado por varias caídas de agua sobre el camino. Despues de un rato largo de cuestas muy empinadas, paso por cascaditas sobre piedras, ayudados en algunos casos por tablas o troncos, llegamos a un paso donde el agua directamente nos impedia el paso ya que el fondo era de piedras y no podíamos calcular exactamente cuanto tenia de hondo en algunas partes. Asi que allí dimos la vuelta y volvimos a la ciudad con la alegría de haber descubierto algo mas que no conocíamos en nuestros viajes.

Esta noche nos despedimos de San Martin de los Andes. Mañana nos vamos para Chos Malal, aun en Neuquen y después seguiremos improvisando, subiendo y en viaje.


domingo, 21 de octubre de 2012

Dia 16 - Siete Lagos

Mirador Arrayanes - Lago Lacar
Lago Machonico
Lago Hermoso
Lago Falkner
Lago Escondido
Lago Correntoso
Lago Espejo
Lago Espejo Chico
Lago Vilariño

sábado, 20 de octubre de 2012

Dia 15 - Improvisando


Hoy dejamos Esquel a la mañana sin dejar de pasar por la Hoya. Algo de nieve aun conservaba y el paisaje desde alla arriba es muy lindo. Rato mas tarde retomamos nuestro camino en ruta con la finalidad de llegar directamente a dormir en San Martin de los Andes. La mañana ya se despertaba con buena temperatura y el solcito nos acompañaba desde temprano.

Despues de un par de horas en la zona seca y casi desertica con vegetación de bajo tamaño, entramos en el cordon montañoso que comienza en la zona de Epuyen y termina aproximadamente en San Martin de los Andes. Una zona donde la vegetación se distingue por bosques tupidos rodeando zonas de lagos ral borde de montañas que se introducen a pique en el agua. En estos tramos se torna mas entretenido aunque mas trabajoso para el conductor, ya que el camino serpentea hacia arriba y abajo en forma constante.

Al llegar a El Bolson paramos para pasear un rato al sol por la feria artesanal, cargar combustible y seguir camino. La temperatura de unos veinte grados ayuda a que mi pelada se recaliente un poco. Esta templado  el solcito calienta bastante. Mientras viboreamos por el camino, Charly sugiere que podemos ingresar por el camino al Tronador, unos kilómetros antes de Bariloche, lo que por supuesto acepto ya que el dia promete para hacer buenas tomas. 
Al rato de dar vueltas y vueltas por el camino del Bolson a Bariloche, encontramos la entrada al Parque Nacional y entramos. Ya habia empezado a llover un poco pero al ingresar al camino la temperatura comenzó a bajar. En el angosto camino de tierra y ripio sobre el lago Mascardi en medio del bosque lo que habia comenzado con una llovizna se convirtió en una lluvia tupida y franca y la temperatura habia bajado francamente. Al llegar al mirador del lago habia aminorado la lluvia, lo que me permitio hace algunas fotos con el fondo de nubes mientras Charly esperaba pacientemente.


El camino al Tronador es angosto en partes y siempre rodeado de bosques. En esta ocasión surcado por hilos de agua cayendo por las paredes provenientes del deshielo en la parte superior. Nos imaginábamos un buen espectáculo al final del camino, pensando en los saltos de agua que el cerro derrama- En medio de la lluvia que no cesaba llegamos a la base del Tronador en busca del camino de agua que nos lleve a las cascadas pero grande fue nuestra desilusion al estar totalmente clausurado el camino que se hace de a pie. Tratamos de acercarnos al rio que provocan estas caídas de agua pero no encontramos ni una sola gota aunque podíamos ver alla arriba el agua cayendo. Por lo que pudimos notar, pareciera que la acumulación de nieve habría producido derrumbes de hielo y tierra que obstaculizan el paso del agua derivándola por otros cauces. La acumulación de nieve en la parte superior tambien nos daba la sensación que no seria seguro dejar el camino libre.

 
Volvimos sobre el camino y fuimos a buscar los hielos negros del ventisquero. Pero cuando llegamos nos sorprendimos al ver el glaciar cubierto de tierra aparentemente por un gran desprendimiento y pocos trozos del hielo típicamente negro de este lugar. Dimos unas cuantas vueltas y volvimos al camino. Rato mas tarde dejamos el parque nacional y entramos en la ruta 40.

Pasamos por Bariloche, dejamos La Angostura y emprendimos camino por Siete Lagos. Primero que nada nos sorprendimos porque creíamos volver al ripio característico de esta parte pero el pavimento continua hasta casi el Lago Espejo, siendo de un ancho considerable y muy comodo para el manejo. Ya el sol estaba casi oculto totalmente, nunca habia recorrido este lugar a esta hora, un valor agregado a la experiencia de este viaje. Llegaba ya el atardecer profundo y encontramos el tramo de ripio que aunque mejor tratado y mas ancho que el que conocíamos, no dejaba que el manejo fuera lo suficientemente comodo. Pasando por todos los lagos de la zona, finalmente llegamos al Lacar que nos anunciaba que estábamos cerca de destino.

Por la hora en que llegamos la ciudad nos regalo una visión que no habíamos tenido hasta el momento; las luces de la ciudad reflejándose en el agua hoy mansa de Lacar, lo que nunca habia visto-

Luego de arribar a nuestro Hostal del Lago, el lugar ya conocido por nosotros en algún otro viaje, dejamos las cosas y nos fuimos a celebrar la tradición de comer a Pepperoni, antesala de nuestro descanso y disfrute de estos días venideros en esta hermosa ciudad.


viernes, 19 de octubre de 2012

Dia 14 - En Chubut


Hoy sabiamos que era dia de ruta y transición hacia otra provincia. Dejamos Los Antiguos bien temprano después de desayunar en la Petrobras de perito Moreno transitando nuevamente por la 40. Que nos hizo ilusionar al comienzo pensando que ya entrabamos en territorio de Mc Adam y teniamos pavimento de ahí en adelante. Pero no, al rato nuevamente ripio. Un rato muy largo de ripio y el sol que pica pegando de frente. Y la tierra. Por no doblar hacia Capitan Sarmiento sin saber, tomamos hacia Alto Rio Senguer. El medio de la nada misma. Y por ripio. Sabiamos que al retomar por Gobernador Costa volveríamos al macadam de la ruta. Pero mientras tanto pasamos doscientos kilómetros de ripio al final del cual parecíamos cowboys de Bonanza que al sacudir las piernas despedíamos nubes de polvo. Nos faltaban las espuelas.

Pero todo termina al fin y volvimos a la ruta para poder escuchar música tranquilos. Proxima parada, Esquel. Llegamos a la tardecita y como a Charly no hay forma de tenerlo quieto, al rato salimos a pispear los saltos de Nant y Fall, pasando Trevelin al fondo de Esquel. La vez anterior que habíamos venido era Abril y el caudal de agua era menor. Pero en estos días donde desembocan las aguas de deshielo, vale la pena verlos. 

 Charly espero pacientemente a que sacara las fotos de rigor y después de quedarnos disfrutando un rato, volvimos para descansar. Hoy fue un dia largo de viaje.


jueves, 18 de octubre de 2012

Dia 13 - Mas alla de la frontera


Cuando era chico mi abuelo tenia una casita en Burzaco donde pasábamos algunos fines de semana. Los vecinos en su mayoría tenían gallineros. Desde aquella época que no me despertaba el canto de un gallo. Hoy a las seis y media de la mañana el señor gallo comenzó a cantar apenas despuntaba una luz en el horizonte. En el silencio del pueblo se sentía como si lo tuviera dentro de la habitación. Esperé que alguien lo apagara de una buena vez hasta que me quede dormido nuevamente.

Como esta vez alquilamos una cabañita, prepare unos mates al levantarme para desayunar con mi amigo, acompañándolo con una trenza de masa de factura (o como se llame eso) con dulce y cerezas de la zona. Un lujo matutino mientras el solcito entraba por la ventana y el perro del dueño se echaba panchamente contra la puerta para tomar calor. Terminada la primer comida del dia, pasamos por la oficina de turismo  donde nos dieron información del lugar. Nos sugirieron visitar algunas chacras donde podíamos comprar dulces y frutas como las famosas cerezas o frambuesas cultivadas aquí. O tomar el camino paralelo al rio Jeinimeni rumbeando para el Monte Zeballos, que se encuentra cercano a la cordillera. Fuimos para el lado de la cordillera.

El camino es totalmente de ripio. En algunos tramos se encontraban arreglándolo por lo que tuvimos que desviarnos por caminos paralelos. La zona es totalmente rocosa surcada en algunos tramos por pequeños arroyos que se desarrollan a partir del rio principal. En el fondo siempre de telón teníamos a la cordillera con nieve en los picos mas altos, a los que queríamos acercarnos. Pero en un momento debíamos cruzar un puente sobre el Río Zeballos donde un cartel nos indicaba que el camino en adelante estaba intransitable. Así que después de examinar la zona, dimos la vuelta y nos dirigimos hacia el Paso Fronterizo que lleva a Chile.  



Un rato después realizamos los tramites migratorios y nos encontramos nuevamente en tierra chilena. Allí no más se encuentra el pueblo de Chile Chico y continuando por la ruta nos topamos directamente con la cordillera. El camino no es de pavimento pero al comienzo es de un buen mejorado, por lo menos hasta el mirador de Laguna Verde, una extensión de agua que se ve desde arriba con el fondo de algunos picos apenas nevados y un color verde esmeralda muy similar al que encontramos en el Lago Torre. Algunos peñones gigantescos ofician como especie de islas en su interior.

Saliendo de la zona ya el camino continua subiendo entre la montaña, ahora bastante mas empinado que antes. Al dar una vuelta bordeando la pared de piedra nos encontramos con un espectáculo impresionante. El lago General Carrera, continuación del Lago Buenos Aires, como se lo llama del lado argentino, pero muchísimo mas extenso y de un color azul muy profundo con las montañas de la cordillera cayendo a pico sobre el agua. Nos quedamos maravillados con el espectáculo, el lago parecía no terminar nunca y la altura desde donde estábamos aumentaba la impresión. De hecho, es el segundo lago en extensión en Sudamérica.

Seguiamos subiendo, el camino se hacia cada vez mas angosto hasta transformarse de una sola mano, en subida, de ripio, con el borde terminando en un precipicio y sin guarda raíl  Por lo que desde mi lado podía ver por la ventanilla solamente el vacío abajo, muy abajo. La camioneta seguía subiendo, cada vez mas lento por la aridez del trazado y bailoteando de a ratos levemente, lo que Charly solucionaba muy eficazmente con muñeca y tracción correcta. Estaba muy divertido pero… se frunce un poco de a ratos, hay que admitirlo. Abajo se podía ver por sectores algunas playas de roca, al agua totalmente transparente y olas que rompían contra el borde. La verdad que disfrutamos enormemente el paisaje y el camino dificultoso y sinuoso  Ni un solo vehículo transitaba por la zona, por lo que lo teníamos todo como para nosotros solos.

Luego de jugar a la montaña rusa entre paredones de piedra, camino de cornisa y curvas y contra curvas  alcanzamos un llano donde ya se veían chacras con animales. Al rato de andar y como ya llevábamos mas de dos horas de camino, decidimos volver dando vuelta en U para encarar otra vez las subidas y bajadas. Que en este caso eran mas bajadas, así que lo pudimos hacer mas confiados, parando cada tanto para sacar algunas fotos. El sur de Chile ya nos habían hablado que era muy lindo y tenían razón, es para maravillarse.  Fue como pasear en avioneta pero al borde de la montaña.

Volvimos contentos con lo que nos habia sorprendido el dia. Sin saberlo, buscamos y encontramos algo muy superior a lo que esperábamos. Charly disfrutó del manejo a pesar que confesó que fue al camino que mas temor le dio de todos los que habia realizado hasta el momento en todos sus viajes. Yo disfrute del paisaje, cuando podía abstraerme de mi vértigo, claro. Fue un día estupendo de sorpresivo descubrimiento.

Mañana saldremos para Esquel, próxima parada subiendo por la 40. Cuando estemos allí decidiremos cuanto tiempo nos quedaremos. La espontaneidad es nuestra hoja de ruta y hasta ahora nos ha ido fantástico.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Dia 12 - Ruta 40 al fondo


Lamentablemente tuvimos que despedirnos del Chalten. En varias extensas charlas que tuvimos con el dueño del hostal Los Ñires donde paramos estos días, en las que nos conto parte de su increíble vida, como vino a parar al Chalten y otras historias tan interesantes que podía quedar escuchandolo horas, tambien nos instruyo de otros senderos y caminos para hacer con cosas tan maravillosas como las que habíamos visto y hecho hasta el momento. Asi que nos saludamos con la promesa de volver pronto para ampliar lo que creíamos ya conocíamos de este lugar maravilloso.

El camino que teniamos por delante hasta Los Antiguos, nuestra siguiente parada, sabíamos que no iba a ser tan fácil. Cuando lo hicimos hace cuatro años la ruta 40 despues de Tres Lagos hasta Perito Moreno era casi en su totalidad de ripio. Son 460 kms de andar lento cimbrando arriba de la camioneta por casi seis horas, ya que la velocidad es considerablemente menor que la de ruta asfaltada. Anduvimos preguntando tambien por lo fundamental para este tipo de tramos que son las estaciones de servicio. La que esta en Tres Lagos, a unos 120 kms, ya no estaba mas. Por lo que nos sugirieron cargar para llegar a Bajo Caracoles, a mitad de camino o entrar a Gob Gregores que es un tramo antes. En Tres Lagos se termina la ruta pavimentada y se divide para ir a la estación de servicio que ya no funciona, seguir por la ruta 40 o ingresar al pueblo. Que ya por equivocación habíamos entrado la vez anterior y no serian mas de veinte manzanas en total. Pero parece que extrañábamos porque volvimos a equivocarnos y nos metimos en el pueblo. Solo para chusmear nos fuimos hasta el fondo, seis cuadras como mucho y volvimos para preguntar en la comisaria donde podriamos hacer la siguiente carga de cmobustible. Nos confirmaron que era en Gob Gregores y salimos. Creo que estaban los mismos paisanos en el mismo lugar parados hasta en la misma posición de la vez anterior. “Mire. Estos volvieron. Supe verlos hace unos años…”, nos imaginábamos que se decían uno al otro cuando pasábamos saludando. Porque aca todo el mundo se saluda.

Nuestra amada Ruta 40 ha mejorado algo. Los tramos que estaban pavimentando hace unos años y que nos obligaban a bajar por la traza alternativa, ahora están terminados en buena parte, algunos ya señalizados y pintados y algunos otros no. Por lo que el trayecto esta vez se compone en tramos de tembladeral de ripio, asfalto, desvíos que no están del todo claros, vuelta al asfalto y asi por un par de horas. En uno de estos desvíos sin señalizar correctamente, es que bajamos al ripio, dimos unas cuantas vueltas y el gps empezó a indicarnos que la ruta que estábamos transitando no era la que nosotros suponíamos. Guiados por nuestro sentido de la orientación le porfiábamos al gps y le calculábamos que ya estábamos cerca de Gregores. Pero en un cruce de camino, salimos del ripio a una ruta asfaltada que la cruzaba. El gps ya definitivamente loco nos decía que estábamos yendo por el medio del campo o la nada misma. Por lo que decidimos ir hacia la derecha. Empezamos a recibir señal de celular asi que suponíamos que estábamos cerca de algún pueblo para cargar combustible. Autos y camiones pasaban pero no sabíamos si la dirección era la correcta y la ruta no nos daba ninguna señal como para poder ubicarnos con el mapa. Finalmente decidimos parar al costado de la ruta, analizar el mapa y los puntos que habíamos pasado y retomamos dando vuelta en U jugándonos con lo que recordábamos haber visto y confiando en nuestro sentido de la orientación. Despues de unos 50 kms nos dimos cuenta. En el cruce de caminos era a la izquierda pero como no habia señalización confundimos el trayecto. Parece fácil pero después de un par de horas manejando al sol y el ripio, uno se termina embotando y decide como puede. A los pocos minutos entramos a Gregores, cargamos combustible y reiniciamos el gps que ahora si nos indicaba un camino lógico como nos habían señalado en la estación de servicio.

Horas mas tarde pasamos por Bajo Caracoles. No bajamos a saludar al gordo del almacen de ramos generales que nos vendio los sanguches de puro pan hace unos años cuando habíamos pasado por aca con el Tosco Tour. Hasta que llegamos un par de horas mas tarde a Perito Moreno y enfilamos para Los Antiguos. El ingreso al pueblo se hace en una pendiente muy lenta donde desde lejos se puede ver el Lago Buenos Aires que es inmenso. Detrás esta la cordillera. Apenas tres kilómetros de terminado el trazado urbano se encuentra el paso fronterizo con Chile. Es un valle extenso con muchas chacras cuyo cultivo principal es la cereza y en menor medida la frambuesa y la frutilla. Si no fuera por el fondo de la cordillera, pareciera que estuviéramos en Chacabuco o Junin.

En la Direccion de Turismo del lugar conseguimos la direccion de unas cabañitas para quedarnos y nos dijeron que mañana pasemos que nos van a indicar que podemos hacer por la zona. Asi que veremos que sorpresa nos trae el dia.



Dia 11 - Al Lago Torre


Despues de dormir el cansancio kilométrico acumulado del ascenso y descenso al Fitz Roy, nos despertamos con el solcito entrando en la habitación. La idea era hacer un dia apacible y tranquilo para dejar descansar las piernas. En el desayuno le preguntamos a nuestro salteño amigo dueño del hostal, que cosa podiamos hacer en el dia que no fuera cansador. Nos sugirió el camino a la Laguna Torre, que ya habíamos visto la entrada. Empinada. Ese era el camino difícil pero le señalo a Charly por la ventana del desayunador un camino que era mas fácil y menos empinado, por lo menos al principio. Seran dos horitas y pico yendo tranquilos, nos dijo el paisano.

Se ve que no le embocamos a la entrada sugerida porque no habíamos casi empezado que tuvimos que subir una cuesta empinada de unos cuatro o cinco pisos. Despues el terreno se nivelaba un poco pero al poco de andar nos encontramos con los escalones de troncos típicos para facilitar el ascenso y rocas de diferentes tamaños. Esto no era la idea, queríamos algo para descansar un poco las piernas. Pero ya estábamos ahí, asi que seguimos dándole para adelante.

Chalten esta ubicado entre medio de dos paredones gigantescos, con el fondo de la cordillera y el Fitz Roy de fondo. A la derecha del pueblo se encuentra el Rio de Las Vueltas que nace en el Lago del Desierto, camino que habíamos hecho el primer dia. Al centro esta el camino de ascenso a la base del Fitz Roy, que habíamos hecho ayer. Y a la izquierda se encuentra el Rio Fitz Roy, que corre entre piedras, es mas torrentoso y proviene de la Laguna Torre donde se encuentra el Cerro Torre que habíamos podido ver el dia anterior al fondo de la Laguna Sucia, parte de lo que se llama Lago de Los Tres. O sea, el camino que nos faltaba era este para completar la visión desde todos los lados.

Despues de subir unas pendientes bastante empinadas, sortear las escaleras de troncos y otras de roca con bastante esfuerzo, subir y bajar por diferentes terrenos, empezamos a ver una serie de cascadas en diferentes lugares de las paredes de roca del otro lado de una hondonada muy profunda. Mas tarde vimos de lejos el Rio Fitz Roy. De a poco el camino fue descendiendo hasta que nos encontramos al mismo nivel del rio. De un color verde esmeralda muy pronunciado, saltando entre las rocas del fondo de tamaño heterogéneo.

El camino era largo, el sol pegaba bastante fuerte y nuestro cansancio acumulado del dia anterior no nos ayudaba mucho. Por instantes nos encontrábamos en medio de un bosque reparador, por momentos pasábamos a un extenso claro todo verde, luego pasábamos por un terreno de arenilla seco con plantas de mediano tamaño totalmente aridas, después un bosquecillo de arbolitos que recién comenzaban a verse con algo de verde o senderos entre las rocas. Variedad no le faltaba. Ya el camino nos estaba tomando dos horas y no veíamos alguna señal de estar acercándonos a algo.  

Hasta que en un momento el terreno empezó a ponerse pedregoso, un caminito de piedras nos marcaba la subida a unas montañitas de piedras y empezamos a subir. Con esfuerzo, claro. Lo mejor vino cuando asomamos nuestras cabezas y del otro lado pudimos ver un lago totalmente verde con desprendimientos de hielos de diferentes tamaños flotando en la superficie y al fondo un glaciar que descendia desde el Cerro Torre. La verdad que Chalten no dejaba de regalarnos alegrías. Nos detuvimos antes de bajar hasta el lago para observar la maravilla que habíamos encontrado y obviamente Charly vio, hizo el calculo y propuso ir caminando hasta el glaciar. Idea que de acuerdo a lo que se podía ver, no era fácil y no parecía posible. El lago solo tiene una orilla donde se puede caminar a la bajada de donde estábamos. Despues es todo roca o peor aun, unas pendientes de pedregullo que terminan en punta sobre el lago. Pero anda a convencer a Charly.

Asi que alla fuimos, sobre las rocas caminando y saltando como cabras, tratando de asegurarnos donde pisábamos para que no rodaramos hasta el hermoso agua verde del lago. Al rato de andar ya nos dimos cuenta que avanzar no se podía mas, asi que buscamos un buen sillón de rocas (en este tiempo de estar por aca ya aprendimos a encontrarlos rápidamente) y nos acomodamos para ddisfrutar del solcito y en mi caso, sacar toda una serie de fotos. Que es todo un reto por la situación de alto contraste que hay entre la nieve, la vegetación y las rocas.

Charly se entretuvo un rato mordiendo un pedazo de hielo que saco de la costa. Luego encontró otro para pasarme, que estaba con bastante sed y no habíamos llevado botellita. Asi que finalmente terminamos tirándonos a disfrutar del calorcito del sol, protegidos del viento helado que proviene del glaciar. Para estos placeres es que uno hace todo esto. El esfuerzo de la subida, del calor, del frio, el cansancio, tiene su paga con estos momentos de pequeño y simple bienestar.

Bajamos lentamente en una caminata zen sin hablar. Del cansancio ya no teníamos tema de conversación. Y si lo teníamos, lo dejábamos para después. Al llegar ya con hambre, la caminata de tres o cuatro cuadras hasta la panadería requeria de un esfuerzo adicional de voluntad. Pero el hambre manda. Mas tarde hablando con Tomas, nuestro amigo dueño del hostal, nos dijo que vivía aca desde el año 87 cuando solo eran no mas de diez personas y no habia nada mas que campo y montaña. Estuvimos escuchando toda su historia por mas de dos horas o algo mas, increíble de anécdotas y experencias. Y nos guio por mas lugares para recorrer y visitar en Chalten, lo que hizo mas firme nuestra promesa de volver. Nos dimos cuenta de lo que nos falta aun por descubrir de este lugar.

Despues de nuestra cena habitual en Ahonikenk, el lugar donde todo el que quiera recuperar fuerzas, comer casero y rico no debe obviar, volvimos pensando en las horas de descanso que nos regala todo un dia en la ruta sentados cómodamente en la camioneta. Nos han dicho que la 40 en este tramo esta parcialmente asfaltado pero sigue teniendo largos tramos de ripio, asi que nos preparamos para continuar. Mañana será la ocasión de descubrir Los Antiguos.

lunes, 15 de octubre de 2012

Dia 10 - El Fitz Roy espera


Entre los gustos y pasiones que compartimos con Charly, uno es subir al Fitz Roy. Esta es la segunda vez que vamos a intentarlo. La caminata de montaña son cuatro horas para llegar hasta la base del cerro. Y otro tanto de bajada. Pero la verdad que vale la pena, no solo porque la base del Fitz Roy es un objetivo en si mismo, además se disfruta toda la subida aun con todo el esfuerzo que lleva. Que es mucho, se los aseguro.

El dia anterior habíamos visto que el cerro ya tenia nieve en el tramo mas difícil. No sabíamos hasta donde podíamos llegar ni el frio que podía hacer arriba, viendo que la nieve aun no se habia derretido. Asi que nos preparamos las camperas, los abrigos, las cámaras, agua, galletitas para sacarnos el hambre, etc. El dia estaba nublado pero con nubes altas asi que podíamos ver claramente la torre del Fitz Roy. La temperatura estaba agradable, dentro del frio que puede hacer en la zona. Asi que alla fuimos.

El primer tramo es el que parece desanimar. Es como subir escaleras altas por media hora o algo mas. Ahí empezamos a cambiar el aire rumbo al muro de piedra como una roca gigantesca puesta en el camino que hay que rodear para llegar al otro lado. Esto es solo el comienzo nomas. Una vez que nos encontramos del otro lado, ingresamos a un bosquecito y  cascadas de agua donde se puede recargar las botellas. Ni que decir que viene limpísima y helada que casi no se puede tomar. Sabiamos que el trayecto era largo y por eso nos dedicamos a la charla y a disfrutar de la subida. Vueltas mas tarde, poco menos de la mitad del camino, se encuentra la Laguna Capri (si, como el de las galletitas) y desde ahí se puede ver claramente el Fitz Roy. Pero aun no podíamos ver si el tramo de camino de rocas estaba con nieve o se podía llegar.

Seguimos camino atravesando los diferentes riachos que se forman por el agua del deshielo, caminos de roca, de arenilla, etc, hasta que con buen animo llegamos al refugio de los alpinistas. A partir de ahí el cartel indica que se debe subir con el calzado adecuado, teniendo cuidado, para caminantes de montaña experimentados y de alta dificultad. Descansamos un buen rato, acomode mi espalda estirándome un rato en los bancos que están en el refugio y seguimos viaje hacia arriba. En los primeros tramos algunos troncos ubicados como peldaños facilitan un poco la ascensión. Pero después nos encontramos con lo que ya sabíamos. Tramos de piedras totalmente empinados, ayudados por señales de estacas pintadas para demarcar el mejor lugar para meter los pies y a pura fuerza y buscando cada tanto algo de aire en los pulmones. La altura se siente. Por suerte la nieve solo se veía a los costados y solo en algunos tramos en el camino que subíamos. Pero el esfuerzo es a puro corazón.

Ya sabíamos que la subida engaña. Despues de ver el pico del Fitz Roy casi al llegar al tope del camino, pensando que detrás de lo que se puede ver uno ya llega a la base del cerro… no, falta un trecho mas donde el camino desciende entre piedras y vuelve a subir. Esta vez la aridez estaba mechada con manchones de nieve. Lo que no dejaba muy claro el camino pero quedaba mas bello que cuando lo vimos totalmente seco la ultima vez. Ahí si, espere un rato a mi amigo que venia a su ritmo un poco mas atrás para tomar el ultimo tramo juntos.

Y ahí si, luego de subir la ultima cuesta de rocas, volvimos a saludar a nuestro amigo Don Fitz Roy. Esta vez nos regalaba otra imagen. El lago que precede al glaciar que baja de la montaña estaba totalmente cubierto de nieve, como asi tambien el glaciar que no podíamos ver bajo el manto blanco. La imagen era estupenda. El tema era por donde bajar, ya que el camino estaba tapado por la nieve. Asi que improvisamos y bajamos por entre las piedras hasta el borde del lago. Todo blanco totalmente tapado.

Seguimos caminando por entre la nieve para alcanzar la vista del Lago Sucio que esta a la izquierda del Fitz Roy. Cuando llegamos a verlo estaba completamente congelado, descendiendo entre las dos montañas que lo contienen. La vista da un poco de vértigo. Mucho. A un metro de donde estábamos en las rocas se ve solo una línea donde termina el piso y desde ahí metros que se adivinan interminables hasta el fondo.


Nos quedamos un buen rato en ese lugar, mirando la montaña, el lago, aprovechando para guarecernos un poco del viento y dejar que el sol nos de un poco de abrigo tirados sobre las piedras. Descansando hasta el punto de quedarnos dormidos un rato para hacernos una pequeña siesta reparadora. Despues de cuatro horas de subida, es necesario que el cuerpo se reponga y el calorcito del sol nos invito a amodorrarnos en medio de la montaña. No todos los días se puede conseguir una siesta de estas.

Despues de brindar con un poco de agua de la montaña, en mi caso aprovechanodola para mezclarla un poco con el whisky de mi petaca, emprendimos el regreso. Deteniendonos frente a los picos algo nevados, enceguecidos con el sol pegando su reflejo contra la nieve, volvimos a saludar a nuestro gran amigo Fitz Roy hasta dentro de poco. Seguramente volveremos para saludarlo otra vez. Creo que aprobó nuestra propuesta. O por lo menos me parecio que estara ahí esperando que asomemos dentro de un tiempo nuevamente nuestras carotas aca arriba, cansados pero felices de un nuevo encuentro.