Apenas despiertos en Malargue, nuestro próximo destino San
Rafael nos estaba aguardando. Salimos tranquilos porque la distancia a cubrir
era corta, apenas 187 kms. Nos despedimos de a poco en la ruta de la cordillera
con los picos nevados y lentamente fuimos entrando en otro terreno muy
diferente al anterior que veníamos recorriendo. Las ondulaciones del terreno se
hicieron menores y empezaron a asomar los primeros campos con viñedos típicos
de la provincia. La temperatura fue aumentando considerablemente y el sol ahora
ya picaba en la piel.
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Despues de unas vueltas al llegar a San Rafael, conseguimos
un lindo alojamiento, dejamos las cosas y salimos a dar unas vueltas guiado por
Charly que ya conocía la zona con anterioridad ya que habia venido varias
veces. La primera visita fue a Los Reyunos, las montañas nevadas y los bosques
patagónicos ahora eran reemplazados por cerros cortados con cuchillos dentados,
con algún espejo de agua en algunas partes. Ya el calor era el que marcaba que
la característica geográfica habia cambiado radicalmente. El ambiente era mas
seco, las plantas que crecían eran mucho mas duras mas de un clima casi
desertico. En algunos tramos pasábamos por debajo de tuneles en las montañas en
cuyo tramo final esperaba ver al coyote y el correcaminos. El primer dia
culmino con la visita a la represa de Los Reyunos.

El segundo dia fue de una expedición mas largo al Cañon del
Atuel, el que comienza con una enorme extensión de agua producto de la represa,
al comienzo de la cual se inicia el rio donde se practica el rafting típico de
la zona. Una vez que uno sigue internándose por la ruta de ripio comienza el
cañon propiamente dicho. Extensas grietas de formaciones rocosas de variados
colores, producto de la erosion que dibuja extrañar formas en las piedras y de
diferentes tipos de materiales volvanicos que se nota se acumularon durante
eras. Pareciera que uno circulara entre montañas pero en realidad esta en el
fondo de una enorme grieta producida en el suelo del desierto.
El piso es
rocoso o directamente de arena y tierra. En el fondo del cañon mientras
circulábamos con la camioneta comenzó a sonar “Riders On The Storm” de The
Doors y juro que esaba esperando que apareciera Don Juan o el indio chaman que
le hablaba a Morrison. Mientras tanto algunas águilas sobrevolaban la zona por
encima de la parte superior de las formaciones rocosas.
El rio sigue transcurriendo pero controlado por las represas
encadenadas Niihuil I, II, III y Nihuil Grande, que aprovechan la caída en
desnivel del rio que corre en medio del cañon, acumulando agua en uno, después
largandola hacia la otra y asi sucesivamente. Una ingeniosa manera de
aprovechar un recurso hídrico que parece algo escaso.
Mas adelante ascendimos por un camino serpenteante y se
podía ver al llegar al tope, la inmensa grieta producida en la tierra que forma
el Cañon. Unos kilómetros mas adelante ya no podíamos continuar el camino ya
que nos topamos con el sector desertico de la zona. Aunque en la parte a la que
nostros llegamos aun habia algo de vegetación sobre la arena, algunas plantas
muy bajas y duras, asi como pastizales casi amarillos y largos pegados al piso,
mas adelante se podían observar dunas gigantescas, aquellas que se pueden ver
en el Dakar que se realiza en el país. Increible que pueda existir tambien eso
en el mismo país que días atrás habíamos estado en bosques y montañas nevadas.
Bajamos de la camioneta porque Charly queria alcanzar a verlas de cerca pero
debo confesar que después de unos quince minutos tuve que dejar de acompañarlo
y volvi tranquilo a la camioneta mientras mi compañero de viaje seguía camino.
Sol, calor, arena, viento caliente. Lo mas parecido a la peor de mis pesadillas.
Asi que lo espere sentado tranquilo en la camioneta mientras el mas tarde
volvia sin haber podido alcanzar su objetivo, ya que el camino se tornaba mas
difícil y no quería correr peligro en vano.
A la vuelta teniamos la idea de alquilar una canoa para navegar
y divertirnos un rato en el gran lago que se forma en la represa. Pero algo nos
retrasamos cuando, producto del ripio que habíamos seguido transitando, otra
vez pinchamos cubierta. Esta vez logramos solucionarlo con mayor rapidez que la
anterior, no seremos el equipo Mc Laren pero en un rally no nos iria tan mal.
Pero al volver a buscar las canoas, al estar fuera de temporada las canoas ya
no estaban y tuvimos que volver conformándonos con el agua de la ducha para
sacarnos la tierra y el fastidio de no lograr un poquito de navegación por el
agua fresquita.
Y asi llegamos a nuestro ultimo dia en San Rafael. Fuimos a
visitar un rato al Cañon, subirnos a algún cerro y mirar el rio desde alla
arriba y a la vuelta Charly se dio el gusto de subirse a un bote y practicar
rafting, mojarse bien después de que cayera al agua y volver contento como un
chico después de gastarse todo el talon de juegos en el Italpark.
Lamentablemente en algún momento debíamos emprender la
vuelta, ya lo sabíamos. Un viaje
espectacular donde no se puede desperdiciar ningún episodio de todos los que
vivimos.